En un contexto de recuperación económica y búsqueda de mayor estabilidad financiera, el gobierno argentino, liderado por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo, ha anunciado un nuevo paquete de medidas destinadas a incentivar el uso del dólar en transacciones comunes. Esta iniciativa, que se espera sea detallada en las próximas semanas, busca “remonetizar” la economía y fomentar la circulación de divisas extranjeras en el mercado local, en un país donde el bimonetarismo ya es una realidad cultural y económica.
UN PLAN PARA SACAR LOS DÓLARES "DEL COLCHÓN"
Durante su intervención en la Expo EFI 2025, el ministro Caputo destacó la necesidad de aumentar la cantidad de dinero circulante para sostener un crecimiento económico proyectado por encima del 6%. “Esta es una economía que está preparada para crecer, pero necesita nafta”, afirmó, señalando que el nivel actual de monetización es menos de la mitad del promedio histórico.
El gobierno apunta a los más de 200.000 millones de dólares que, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), los argentinos guardan fuera del sistema financiero, ya sea en efectivo o en el exterior. Kristalina Georgieva, directora del FMI, subrayó recientemente: “Si ese dinero se invierte en Argentina, imaginen lo que sería ese país”.
Para lograrlo, el Ministerio de Economía, en conjunto con la Agencia de Recaudación de la Administración Pública (ARCA), está diseñando incentivos fiscales y herramientas tecnológicas que faciliten el uso de dólares en compras cotidianas, desde una comida en un restaurante hasta una gaseosa en un kiosco. Entre las medidas, se contempla la ampliación de pagos en dólares mediante tarjetas de débito, códigos QR y billeteras digitales, con el objetivo de simplificar las transacciones y superar la resistencia cultural a usar divisas para gastos menores.
COMPETENCIA DE MONEDAS: UN ENFOQUE LIBERTARIO
La estrategia se enmarca en la política de “competencia de monedas” impulsada por el gobierno, que busca eliminar barreras regulatorias para que los ciudadanos elijan libremente entre pesos y dólares. Desde enero de 2025, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha implementado normativas que permiten pagos en dólares con tarjetas de débito y códigos QR, así como la exhibición de precios en moneda extranjera. Sin embargo, la adopción ha sido limitada: según el BCRA, en marzo de 2025 solo el 0,3% de las transacciones totales se realizaron en dólares.
El presidente Milei, quien durante su campaña abogó por una dolarización total pero ha moderado su postura, reconoció que la población aún prefiere usar pesos para transacciones diarias. “Les planteamos una dolarización endógena y no lo hicieron las personas; usan los pesos”, admitió. No obstante, el gobierno insiste en que un mayor uso del dólar no implica abandonar el peso, sino profundizar un sistema bimonetario similar al de países como Perú y Uruguay, donde ambas monedas coexisten con éxito.
DESAFÍOS Y CRÍTICAS
A pesar del entusiasmo oficial, la iniciativa enfrenta obstáculos significativos. Según el economista Gabriel Caamaño, la Ley de Gresham explica por qué los argentinos tienden a atesorar dólares y gastar pesos: en un sistema bimonetario, la moneda percibida como “más débil” (el peso) circula más, mientras que la “fuerte” (el dólar) se guarda. “El peso no domina al dólar, ni siquiera lo logró durante la convertibilidad”, señaló.
Otro desafío es la confianza. Décadas de crisis económicas, inflación crónica y devaluaciones han llevado a los argentinos a ver el dólar como un refugio de valor, más que como un medio de intercambio. Convencer a la población de usar sus ahorros en dólares para compras cotidianas requerirá incentivos robustos, como rebajas impositivas significativas o una mayor estabilidad cambiaria.
Además, algunos analistas advierten sobre los riesgos de una dolarización parcial. Si bien puede reducir la inflación y atraer inversiones, también podría aumentar el costo de vida y limitar la capacidad del gobierno para implementar políticas monetarias autónomas, afectando sectores vulnerables.
UN ANUNCIO QUE PROMETE "SORPRENDER"
Caputo ha generado expectativa al calificar las próximas medidas como un “anuncio bomba” que “sorprenderá” y acelerará la monetización de la economía. Aunque los detalles aún se mantienen en reserva, fuentes oficiales descartan que se trate de un nuevo blanqueo de capitales, cuya última etapa finalizó el 7 de mayo. En cambio, se espera que las medidas combinen incentivos fiscales con innovaciones tecnológicas para hacer los pagos en dólares más accesibles y atractivos.
El gobierno también ha flexibilizado el régimen cambiario, eliminando restricciones como el cepo cambiario y estableciendo una banda de flotación para el dólar entre $1.000 y $1.400. Estas reformas, respaldadas por un nuevo acuerdo con el FMI por 20.000 millones de dólares, buscan aumentar la previsibilidad monetaria y atraer divisas al mercado formal.
HACIA UNA ECONOMÍA BIMONETARIA
La apuesta del gobierno es clara: transformar el hábito de atesorar dólares en una dinámica de circulación que impulse el consumo, la producción y la inversión. Si bien el camino hacia un bimonetarismo pleno está plagado de desafíos, las autoridades confían en que estas medidas marcarán un punto de inflexión. Como afirmó Caputo, “estamos en otra Argentina, en una Argentina en la que los precios pueden bajar. La inflación va a colapsar”.
El éxito de esta iniciativa dependerá de la capacidad del gobierno para generar confianza y superar las barreras culturales y económicas que han definido la relación de los argentinos con el dólar. Por ahora, el país espera con expectativa el anuncio que, según el ministro, cambiará las reglas del juego.
Fuentes: Ministerio de Economía, Banco Central de la República Argentina, Fondo Monetario Internacional, Expo EFI 2025, Clarín, Infobae.